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Si bien no fue una base de su campaña, será una apuesta central de su gestión lograr ampliar el estadio.
Si hubo algo en lo que Juan Román Riquelme se diferenció de los candidatos a presidente de Boca (no solo en ésta, sino en las últimas tres elecciones) es cómo encaró el tema Bombonera. Un tema vital, es cierto. Pero al cual el flamante mandamás xeneize no le dio una central importancia dentro de su plataforma ni tampoco le dedicó demasiado tiempo en sus discursos.
Sin embargo, esa misma actitud cargada de realismo (ya que hasta acá ningún proyecto prosperó) es ahora su gran oportunidad estando al frente de la institución: de generar un cambio sustancial y quedar en la historia como el presidente que elevó la capacidad del Templo. Para eso, es oportuno analizar qué opciones maneja en su cabeza y por qué esta nueva etapa implica un cambio respecto de la gestión que se termina, incluso con la continuidad de Jorge Amor Ameal en la cumbre política del club.
"Vamos a ganar las elecciones, vamos a hablar con los vecinos uno por uno, les preguntaremos si nos ayudan a hacer la Bombonera. Recién ahí veremos". Esa frase -que repitió más de una vez durante la campaña- fue la única referencia respecto de la reforma o no del Alberto J. Armando. Ya no hubo referencia a ninguna de las opciones que desde hace años circulan al respecto. Ni la Bombonera 360 de Ameal, ni la Nueva Bombonera Siglo XXI de Andrés Ibarra, mucho menos la de la Isla Demarchi de Jorge Reale.
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